FUEGO y FALTA DE PUDOR. Clara Bredy

De la maravillosa corona forestal que abrazaba hasta hace unos días nuestro Parque Nacional del Teide, la mitad ha ardido, se ha ido, y con ella una parte de nosotras. 

Santuario de biodiversidad, en particular de especies vegetales y fauna, endémicas. Estaba declarado como el mayor espacio protegido de Canarias. Entre otras cosas, lugar de origen de 1 de cada 5 galerías de agua de Tenerife.

En medio de este horror, en el día de ayer el Presidente del Gobierno de Canarias firmó un decreto que concede un galardón de excelencia turística a un hotel pendiente de demolición por parte del Estado, tras incumplir reiteradamente la prohibición de ampliación y construido en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, declarada Reserva de la Biosfera. 

El actual ejecutivo regional, no sólo se opone a la demolición, sino que se solidariza con este hotel delincuente y le otorga el premio "Turismo Islas Canarias a la Proyección Internacional del Archipiélago"

Aunque fuera por pudor, que empatía o elegancia no espero, podían habernos dejado empezar a preparar el duelo por las consecuencias personales, sociales y medioambientales del horror del incendio que estamos padeciendo. 

Pero claramente aquí se impone el "todo por la pasta" a costa de la destrucción de este patrimonio medioambiental frágil y en extinción. Dolor y vergüenza.