La Abeja Negra

  A veces me quedo consternada al descubrir que he borrado episodios vitales.  Escribo para no olvidar lo que aún perdura en mi memoria.   Hoy 21 de octubre 45 años después de la víspera de aquella boda,   de un ir y venir de certezas y rumores sobre el futuro político de este país, con el dictador a 1 mes de darnos una alegría y desaparecer para siempre; me esmero en recuperar mis recuerdos y los recortes de prensa que aún conservo. Intentaré resumir lo que en aquel tremendo mes de octubre de 1975 nos tocó vivir. Todos y cada uno de los hechos históricos que aquí se mencionan, son de fácil comprobación y contraste documental en las hemerotecas y documentos oficiales. Tánger, 21 de octubre, año 1975. El viaje. Mi tía y yo esperamos en silencio viendo anochecer. Habíamos tomado un vuelo a media mañana desde Tenerife a la ciudad marroquí, para poder llegar a Gibraltar. Al peñón no se podía entrar desde la Línea de la Concepción. España había cerrado la valla fronteriza. El moti

Ellos no sabían el uno de la otra.  Los separaban siete mil kilómetros, dos colores de piel que no podían entrar por la misma puerta en salas de fiesta o teatros. Prejuicios y castigos dentro y fuera de su mundo cercano.  Ella, maestra nacional, hija de maestro, nacida y criada en la Castilla profunda. En una decisión de una enorme valentía, con poco más de 20 años dejó la escuela en la que daba clases,  y el sueño de un amor imposible con un guardia civil y emigró a principios de los años 50, con su hermana mayor a Venezuela; huyendo del horror de la posguerra y sus consecuencias. Emigró por necesidad, y yo diría, que hasta por hambre. Él, médico y el más joven profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Príncipe. Hijo del presidente del Senado de Haití y hermano de Embajador, era el pequeño de la familia.  Acudió como médico con la delegación diplomática de su país a la toma de posesión como presidente de la República de Venezuela del escritor Rómulo Gallegos. Cor