CUANDO EL AZAR TE REGALA UN SUEÑO. Clara Bredy


Serendip, nombre en persa de la isla de Ceilán, hoy llamada SriLanka, lugar en el que, según un cuento de las"Mil y una noches", tres príncipes solucionaban sus problemas recurriendo a las casualidades más insólitas. Serendip suena la palabra que en lengua persa, dió lugar en el siglo XVIII al neologismo Serendipia, término asimilado al encuentro de algo bueno, sorprendente e inesperado, que no se pretendía ni buscaba, mientras se estaba ocupado en algo distinto. Pues de eso va esta historia, tal cual cuento de las mil y una noches. O de los hermosos cuentos orientales de Marguerite Yourcenar. 

Hace cosa de un año, recuperé un artículo de prensa del año 2015, de quien fuera mi profesor de Geología, Paco García Talavera. En él comentaba el origen bereber de la palabra arrorró, y todo el periplo por el que llegó a la península ibérica en el siglo VIII, con el contingente Bereber que participó en la invasión. Para luego llegar a América de mano de los conquistadores españoles. Tanto en Canarias, como en la Península y en América, hay variaciones, manteniendo sus letras la misma estructura de cuartetas octosílabas. El origen del término que da nombre a las diferentes variantes de esta hermosa canción de cuna se asocia, al parecer a la palabra bereber "arraw" o "arrew". 

Pues andaba yo entretenida con este asunto e indagando sobre el tema, cuando me llama un viejo amigo, profesional de la producción cinematográfica, y me hace un encargo, como el que te pide que vayas a buscar el pan. El encargo en cuestión era encontrar una madre o abuela, que con su hij@ o niet@, le explique y le cante, a una cineasta japonesa, que está haciendo una investigación sobre canciones de cuna en archipiélagos del mundo, alguna canción de cuna, que en Canarias sea cotidiana y tenga carácter ancestral. Casualmente andaba yo indagando en las diferentes formas de cantar el Arroró en Canarias. 

Pues bien, tras proponerle a varias amigas, excelentes cantadoras, que se animaran a hacerlo, sin éxito, no se me ocurre otra cosa que decirle a mi amigo, que ya me encargaba yo. Y hete aquí que le mandé un audio sobre la marcha, a ver si a élla le valía. 

Ahora, lanzada a la piscina y un poco avergonzada, me quedé esperando respuesta de mi amigo. 

Resultó ser, que la cineasta en cuestión era, ahí es na', la directora de algunas de las películas más bellas que he visto ( entre otras"Una pastelería en Tokio" y "Aguas tranquilas") cuyo cine es un canto universal a los vínculos del cuidado. La señora Naomi Kawase. Ganadora de múltiples galardones, entre otros, a los 28 años, la Caméra d'Or del Festival de Cannes. Y con una manera de hacer cine que reclama paz, inteligencia y sensatez para ser disfrutado. 

A mi casi me da algo. Me senté suavemente y un escalofrío intenso y excitante,  una mezcla de euforia y miedo me atrapó. Lo recuerdo y aún me da apuro y un no sé qué, con una media sonrisa... Menuda osadía por mi parte. 
Sin embargo, también estaba el impacto de que la señora Kawase contara conmigo sin conocerme de nada, simplemente tras escucharme cantar en un audio de wasap. Menudo honor. 

Tras escuchar el audio, ella quería grabar varias escenas. La mayoría cantando a mi nieta pequeña por las huertas de Tegueste. Otras a modo de entrevista referidas al origen del Arroró. Y finalmente le interesaba explorar los sentimientos que a la niña y a mi, nos producía la canción en el momento de grabar.
 
Como previo, una semana antes tuvimos un encuentro. Fue por videollamada, con su asistente y la intérprete de japonés. Ella y su asistente en Japón. La intérprete y yo, en Tenerife. El objeto de este encuentro era única y exclusivamente agradecerme que quisiera participar en su proyecto. Casi me da algo. 

Y llegó el día. ¡Que nervios y que emoción! Domingo 29 de enero de 2023. 
La víspera, la señora Kawase en el marco
del Festival MiradasDoc, había presentado el estreno en España de su última película. En un encuentro en el que se le entregó el premio Mirada Personal de MiradasDoc2023. En palabras del director del Festival David Baute "Por un cine osado y poético, familiar y doloroso, afortunado por encontrar en la cotidianidad la misteriosa armonía entre lo humano y la naturaleza" 

Al día siguiente, muy temprano, élla, su interprete y el chófer pusieron rumbo a Tegueste, desde Guía de Isora, sede del Festival. Pasado mediodía estaban tocando a la puerta. Aún recuerdo el manojo de nervios que me apretaba el estómago. 

Nos encontramos mi hija, mi nieta y ellas dos. Las cinco estuvimos por la casa y por las huertas. La señora Kawase, tras entregarnos varios obsequios (incluido un delicado calendario firmado por ella, dibujado en acuarela con imágenes y frases de sus películas) se concentró en buscar localizaciones para grabar. Yo la miraba extasiada, con su precioso traje gris perla y su abrigo, saltando entre la hierba y riendo con la niña como si todo fuera un juego. Entre ellas dos hubo un flechazo instantáneo y siguieron juntas todas las horas que duró este sueño. Tengo grabada su imagen caminando de espaldas bajo la llovizna, cogidas de la mano y riendo sin más.. 


Comimos cerca de la costa, y entre la lluvia y el sol se asomó el arcoiris como una señal. Estábamos contentas y plenas. De repente, se me acercó y sin mediar palabra me mostró en su teléfono una pequeña secuencia de la grabación. Se me rayaron los ojos....Fueron horas mágicas, completamente inolvidables y casi increíbles. En la sobremesa me atreví a preguntarle qué le movía emocionalmente en su cine. Y su respuesta fue sobrecogedora. Me dijo que Japón tiene una"epidemia"de soledad. Que 3 de cada 10 personas viven y en muchos casos mueren, solas. Me habló de su interés por los vínculos de apoyo entre las personas, sean familiares o no. (Recordé entonces, que Japón tiene un Ministerio de la Soledad...Que de las personas que no tienen soporte en otras personas, el 14% son encontradas dentro de sus casas, entre 1 y 3 meses tras su fallecimiento. También, que a día de hoy solicitar ayuda en Japón, se identifica como un fracaso y convierte en un estorbo social a quien lo hace. Aparte de que la norma suprema es: "no molestar"......) 

Este encuentro mágico ha sido una de las experiencias más ricas que he vivido. Y la tengo plenamente presente. Me ha dado mucho en lo que pensar y por supuesto, una vez más, por diversas razones me refuerza la convicción de que el contacto físico y los cuidados, la presencia, cercanía y compromiso de las personas que te aman y a las que amas, son el eje para que la vida, al menos la mía, merezca ser vivida. Doy mil gracias al azar por esta serendipia y a la señora Kawase por este tremendo honor. 

Comentarios

  1. Precioso relato, rebosante de ternura, magia y -por supuesto- serendipia! 🥰

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    1. ¡Qué hermoso regalo de la vida y qué manera tan emotiva de narrarla! Gracias por compartirla.

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  2. Bello relato.
    Si no fuera por lo que es, ese Munisterio Japonés de La Soledad suena hasta poético. Pero, leído su contenido solo se me ocurre que cuando a tu vecino veas las barbas arder pon las tuyas a remojar.

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  3. Preciosa historia, Clara. Y lo mejor de todo es que es real y la has vivido.
    ¡Muchas gracias por compartirla! 💜

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