Porqué los torturan y nos hacen cómplices. Clara Bredy

Anoche a las 12 de la noche me acosté y fui consciente de lo protegida que me sentía, cuando en la calle había 7 grados y yo estaba calentita en mi cama. Repentinamente, me vino a la mente el vídeo de los migrantes en los campamentos de Canarias, en cholas, con el agua llegando a la litera y temblando de frío. A la par, los chicos que huyeron de las Raíces, buscando infructuosamente un techo en el que resguardarse en el albergue de Santa Cruz. Me entró primero una desazón y un malestar, seguidos de una rabia inmensa. Me desvelé y desde luego fue una noche horrible.

Me pregunto porqué se les trata con semejante desprecio, sin los más elementales procedimientos para preservar los derechos de las personas, sí,  personas migrantes. Qué clase de degradación en los principios del socialismo está permitiendo esta infamia. Soy socialista y esto es intolerable. Cómo un gobierno de progreso ha llegado a este punto. Interiorizar como algo decente estos campamentos de la vergüenza. A estas personas, supervivientes de la ruta migratoria más peligrosa desde el continente africano, que en su mayoría tienen a Canarias como parte del camino, no como su destino, se les está usurpando su dignidad. Se les saca de estar bajo techo a verse sometidos a las inclemencias del tiempo y al hacinamiento. Se les está torturando. Tortura es someterlos a este trato inhumano y degradante. Tenían un techo y se les ha quitado para hacinarlos en tiendas de campaña a temperaturas más bajas que las aguas que tuvieron que surcar para llegar hasta aquí.

Su delito: querer una vida mejor y....ser africanos, sí, ser africanos, negros y con una cultura no occidental, aunque para su desgracia, cada vez más colonizados culturalmente por Occidente. Su delito: el riesgo del mestizaje en un continente que no quiere ser mestizo étnica, social y culturalmente, y que olvida, que es un gran geriátrico y que en no muchos años, sin las personas inmigrantes se convertirá en un gran cementerio.

 El gobierno del Estado niega la protección efectiva a los africanos, saltándose todos los acuerdos europeos en vigor, citados recientemente en un artículo de prensa por uno de sus redactores cuando fuera ministro socialista de Justicia y que hoy es eurodiputado, Juan Fernando López Aguilar. 

 Es más, el Estado, aplica lo que yo llamo solidaridad a la carta. Me explicaré; el gobierno surgido de la coalición Psoe-Podemos concedió en 2019 el 99,9 % de las 40.906 solicitudes de Protección Internacional presentadas por ciudadanos venezolanos, que no podían acceder a la residencia por vínculos familiares, al igual que las casi 20.000 de 2018 (Informe CEAR de 2020).  De estas personas a las que se concedió protección, de forma casi automática, dos tercios están en Canarias (no hay más que ir al ISTAC y comprobar los empadronamientos en los tres meses posteriores a la llegada, a fin de obtener asistencia sanitaria para comprobarlo), y aunque alguno hay que lo niegue, lo que buscan es lo mismo que los africanos: una vida mejor. En una acalorada conversación a cuenta de la llegada de pateras con algunos de estos migrantes venezolanos, me decían hace unas semanas, que al fin y al cabo, no les podía negar que "tanto negro suelto afea las calles"... Me quedé clavada al suelo, mirando al cielo y con el alma en un puño. Ellos se llaman a sí mismos "refugiados de la tiranía", como los denominó Abascal en Arguineguín el 5 de diciembre, en un mitin al que algunos de ellos acudieron. Éstos también tienen protección internacional. Se la otorgó el gobierno social-comunista que tanto detestan.

El mismo Ministro que concedió en dos años más de 60 mil reconocimientos de protección internacional a los venezolanos, de los que más de dos tercios están en Canarias, encierra a los once mil africanos que quedan en las islas, en los  campamentos de la vergüenza al frente de los cuales está el Teniente Coronel en excedencia que dirige el CETI de Melilla. Es inaguantable tanta indecencia e hipocresía.

Encima, con la mejor de las intenciones, el alcalde de la Laguna concita a la ciudadanía a colaborar en la integración de personas que están siendo forzadas a un internamiento en una suerte de limbo legal, que en su mayoría lo que quieren es que les devuelvan sus pasaportes y continuar su proyecto migratorio hacia la península. Es posible que algunas de estas personas deseen quedarse, pero ha de ser voluntariamente, no retenidos a fin de ser en muchos casos deportados. No es posible mantener la paz social cuando se están vulnerando derechos, es un caldo de cultivo explosivo.

Y desgraciadamente, la migración forzosa de África hacia España, en la que en 2020 se tiene constancia de la muerte de más de 2.000 personas en el mar, en un 85% en la ruta atlántica hacia Canarias, nada tiene que ver con que los países africanos sean pobres, que no lo son. El origen es el expolio de las multinacionales occidentales y las élites gubernamentales corruptas en su territorio. La investigación recogida en el informe "Cuentas honestas 2017. ¿Cómo el mundo se beneficia de la riqueza de África?" (Curtis y Jones, 2017), en un artículo publicado la revista CTXT en junio de 2017 por Mark Curtis y Tim Jones, al cual corresponde el texto que sigue, encontramos datos demoledores en cuanto a la circulación de capitales: 

    

    "El resultado obtenido es que los países de África son en su conjunto acreedores netos del resto del mundo por valor de 41.300 millones de dólares en 2015. Por tanto, hay mucha más riqueza abandonando el continente más pobre del mundo que la que ingresa.

En 2015, los países de África recibieron 161.600 millones de dólares, en su mayoría mediante créditos, remesas de particulares y ayuda en forma de donaciones. Aun así, 203.000 millones salieron de África, tanto de manera directa (mediante la repatriación de los beneficios de las grandes corporaciones y el el traslado ilegal de dinero fuera del continente, sobre todo) como indirecta, a causa de los costes que el resto del mundo impone por el cambio climático. Los países africanos reciben aproximadamente unos 19.000 millones de dólares de ayudas mediante donaciones, pero más de tres veces ese importe (68.000 millones de dólares), escapa en fuga de capitales, porque las compañías multinacionales manipulan de forma deliberada el valor de sus importaciones o exportaciones para pagar menos impuestos."

Es tema de otra entrada del blog, profundizar  de manera pormenorizada mediante qué mecanismos expoliamos desde Europa al continente Africano asfixiando sus posibilidades de desarrollo sostenible. En el fondo no interesa a los grandes manipuladores de materias primas, en particular maderas, minerales de alto valor estratégico  y metales preciosos, la independencia social y económica del continente. Esas empresas y sus gobiernos tienen nombre, están en su gran mayoría en occidente, y hay que mencionarlos.

En cuanto al dinero entregado a los países africanos para frenar la migración, según las Resoluciones del Ministerio del Interior,  hay constancia de que Fernando Grande Marlaska transfirió a los principales países emisores de personas migrantes hacia España un total 45.913.000 millones de euros, para subvencionar los recursos a fin de frenar la salida de personas migrantes de estos países. Dos veces y media la cifra de 2017 que  había sido  de 13.375.000 millones. Si bien el principal beneficiario es Marruecos, con 32.369 millones, el caso de este país tiene más implicaciones puesto que está en el tablero el Sahara Occidental.

 En 2016 se subvencionaba la represión migratoria en 3 países: Marruecos, Mauritania y Senegal. En 2019 han sido 8 países. Y no parece que dar dinero a estos países ayude en absoluto al propósito del Ministerio del Interior español. De hecho, poner precio a las cabezas de los migrantes parece contribuir más a que las gendarmerías en muchos casos se embolsen jugosas cantidades de dinero. Así lo relata el que fuera  colaborador del CNI en África Occidental hasta 2014 donde organizó una red de vigilancia en 25 países, David R.Vidal en su libro "Diario de un espía" (Cúpula, 2014).

Tenemos que dejar a África en paz y aceptar que la migración ha existido siempre, aquí y en todas partes del mundo. Y que la migración forzosa seguirá existiendo mientras se perpetúen las causas. La cuestión es si vamos a optar por un tratamiento cruento y dramático o afrontaremos con valentía el compromiso de no seguir expoliando y pactando con los que dentro y fuera de África se benefician del expolio.